Sin ser competente intentó forzar la entrega a Kazajistán de un opositor.
Sus broncas con los chóferes obligan a cambiar el servicio
“Les pongo en busca y captura como no estén en la puerta del restaurante”, asegura un conductor del Parque Móvil que le espetó el juez Félix Alfonso Guevara, presidente de la Sección Tercera de la Audiencia Nacional. El magistrado se niega a decir a sus chóferes la hora a la que va a terminar de comer. Al largo rosario de incidentes con procesados, abogados, compañeros, colegas y funcionarios se suma ahora su enfrentamiento con los chóferes del Parque Móvil que le trasladan desde Madrid a San Fernando de Henares, a 20 kilómetros de la capital, que han presentado más de 60 quejas por su actitud “grosera e insultante”, su negativa a dejar de fumar en el vehículo y su imposición de que le recojan y dejen en su domicilio particular, además de otros caprichos.
Alfonso Guevara |
“Es un hombre complaciente con el poder”, le recrimina un compañero
Ante el plante de Justicia, Fernando Grande-Marlaska, presidente de la Sala de lo Penal Audiencia Nacional, instó al ministerio a recuperar un protocolo que garantice que los jueces no se vean obligados a viajar en metro o autobús cargados con sus sumarios. Marlaska destaca en su escrito el riesgo de pérdida o robo de la documentación que manejan los magistrados sobre asuntos de terrorismo, narcotráfico o corrupción. El pasado viernes el servicio se recuperó y Marlaska reunió a los chóferes para darles instrucciones precisas. Los trayectos incluirán solo desde Prim a las casas de los jueces sin interrupciones para comidas, cafés o compras.
Guevara camina, en ocasiones, por el filo de una navaja. La última vez, el pasado 19 de febrero cuando intentó forzar sin ser competente la entrega a Kazajistán de Alexander Pavlov, un opositor kazajo, aprovechando la ausencia en la Sección Segunda —la competente en el caso— de la secretaria judicial, la única que podía firmar la entrega. La actitud firme de una funcionaria, pese al estilo intimidatorio del juez, paralizó el intento de Guevara que ofreció a su secretaria para que firmara la orden y aseguró que el embajador kazajo le había comunicado que había un avión esperando a Pavlov.
Unas horas más tarde la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional dictaba un auto por el que acordaba una medida cautelarísima sobre el rechazo del Ministerio del Interior a conceder el asilo a Pavlov y ordenaba que no saliera de territorio nacional mientras este tribunal no se pronuncie sobre el recurso presentado por sus abogados. Si Guevara hubiera logrado su propósito los jueces de este tribunal se habrían encontrado con el hecho consumado de que el preso volaba rumbo a Astaná, capital de la rica república postsoviética. España es el único país de la UE que tiene convenio de extradición con este país gobernado por el dictador Nursultán Nazarbáyev y donde empresas españolas tienen importantes negocios.
Durante los juicios ha protagonizado numerosos incidentes
La actividad del embajador de Kazajistán para lograr la extradición de Pavlov —acusado de una supuesta estafa y de un supuesto intento de atentado terrorista que nunca se consumó— ha molestado a los jueces que tenían que decidir sobre su entrega. En especial, las llamadas a sus despachos en horarios fuera de oficina para ofrecerse a “colaborar”.
El promotor de la Acción Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial, Antonio Fonseca, ha archivado la investigación de oficio abierta contra Guevara. En su acuerdo asegura “que el interés mostrado por Guevara nunca representó ningún tipo de orden o presión... ni tan siquiera una recomendación real y seria para actuar en ese sentido”. Fonseca omite el ofrecimiento del juez de que su secretaria firmaría la orden de entrega de Pavlov, que presenciaron varios funcionarios, y su actitud, que según estos, supuso “una evidente presión” ya que aseguró que un avión aguardaba la entrega del preso.
“Es evidente que los mecanismos de limpieza del Poder Judicial no funcionan”, se queja un magistrado de la Audiencia Nacional. “Hay connivencia con Guevara. Es un hombre complaciente con el poder y siempre que hace algún disparate no le pasa nada. Está protegido”, apostilla otro.
Los incidentes de Guevara son innumerables. El anterior a su choque con los chóferes lo protagonizó el año pasado cuando espetó al procesado Mohamed Ajnan: “¡Usted se calla porque, si yo soy mi escolta, ayer... el culatazo que se lleva por el escándalo que estaba armando allí... hoy tiene la cabeza ¡vendá! Pero claro, como aquí nos la cogemos con papel de fumar antes de tocar a nadie... ¡Vamos, si yo llevo arma, ¡un culatazo!”. Entonces, el Poder Judicial le sancionó por falta grave a una multa de 600 euros por vejaciones. En 2010, cuando presidía el tribunal que juzgaba a los presuntos autores del atentado de ETA en la T-4 tres de las víctimas sufrieron la altanería del juez.
“Siempre está dispuesto a hacer favores a alguno”, le recrimina uno de sus compañeros magistrados, que pide el anonimato. Favor fue colar a Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, en el juicio del caso Saqueo II del Ayuntamiento de Marbella. El testigo pasó por la puerta reservada a jueces y fiscales después de haber tomado juntos un café fuera del edificio judicial. Guevara interrumpió la declaración de otro testigo clave para dar paso a Cerezo, amigo íntimo de Jesús Gil, el personaje que había urdido toda la trama corrupta. “No es amigo. Le he visto tres veces en mi vida. Mis amigos me los busco yo”, explica Cerezo. El juez se sienta muchos domingos en el palco de invitados del Atlético de Madrid.
Publicado o 06/04/2014 en www.elpais.com
Ligazón permanente Etiquetas: Prensa , Xuíces