"Este Gobierno ha hecho que la Justicia sea más cara que nunca"

6 de xullo de 2014

El presidente de los jóvenes abogados españoles, David Díez Revilla, está convencido de que todavía se puede retroceder mucho en materia de derechos fundamentales. "En España se pueden perder aun muchos derechos".

"Ahora mismo, el Ministerio está haciendo inviable una justicia pública, accesible, libre y con medios", denuncia.

"Como los ciudadanos no tienen cubiertas sus necesidades básicas, los derechos fundamentales parece que no importan", reflexiona.


El presidente de la Asociación de Jóvenes Abogados españoles, David Díez Revilla.
Los jóvenes abogados españoles han celebrado su XVIII congreso en Bilbao. Y en la capital vizcaína también han salido a la calle para protestar contra el "entierro" de la justicia por parte del Gobierno del PP. El presidente de la Confederación Española de Abogados jóvenes, David Díez Revilla (León, 1976), anima a los profesionales a tomar la calle porque lo que está en juego son derechos fundamentales. Y está convencido de que aun se puede retroceder más. "En España se pueden perder aun muchos derechos" y "el PP tiene recorrido y tiene proyectos para avanzar" por esa senda, advierte Díez. Autocrítico con la profesión, cree que "a la abogacía nos ha faltado mucha política". "No llegamos al ciudadano", admite. Por eso considera fundamental explicar a la gente, en la calle, la importancia de la partida que se está jugando ahora mismo en España en el terreno de la justicia.

Pregunta. Los abogados se ha echado a la calle en este país. La ley de Tasas, el proyecto de Justicia Gratuita y hasta 14 leyes relacionadas con la justicia que ustedes no comparten son algunos de los motivos que explican ese movimiento de respuesta que va a tener continuación durante el mes de julio.

Respuesta. Hemos aglutinado a las asociaciones del turno de oficio de la abogacía para la concentración contra la ley de justicia gratuita del próximo 17 de julio en Madrid. Hasta ahora no había sido posible. No es fácil porque el turno se ha radicalizado mucho, lícitamente claro, porque tienen toda la razón del mundo por lo regresiva que es la ley de Gallardón. Esto va a ser un punto y aparte, porque aunque es verdad que todos estamos de acuerdo con las negociaciones que lleva adelante el consejo de la Abogacía con el Ministerio de Justicia, vemos que con la actual mayoría absoluta del PP da igual que negociemos. Van a probar una ley como quieren y de la manera que quieren. Así que todo lo que consigamos arañar bienvenido sea.

P. El presidente del Consejo de la Abogacía Española planteaba que buscaban un "clamor social" contra la producción legislativa del PP en materia de justicia.

R. El mayor problema que tiene ahora mismo la abogacía es que nos falta un punto de interlocución con el ciudadano. No llegamos al ciudadano.

P. ¿Y por qué no cala esto ante la sociedad, cuando nos referimos a derechos fundamentales como el acceso a la justicia, el derecho a la tutela judicial efectiva, el derecho a la defensa...?

R. No lo sé. Igual porque hay una concepción errónea de que la justicia gratuita, por ejemplo, es de unos pocos. Piensan que eso del turno de oficio es para cuatro personas que no tienen recursos y que no va con ellos. Y es completamente erróneo: hoy por hoy abarca mucho más la cobertura de la justicia gratuita que lo que queda fuera de la ley. Porque clase alta hay un poquito, clase media, otro poquito, pero de la mitad hacia abajo hay una barbaridad.

P. E imagino que con la crisis más, visto el paulatino estrechamiento de la clase media

R. El turno de oficio tiene más solicitudes que nunca. Pero muchas personas siguen pensando eso de "yo no lo voy a necesitar", "a mí no me va a pasar". Y tenemos que conectar más con la gente. Estamos valorando salir a la calle en Madrid y lanzarnos por ejemplo a hacer unas jornadas explicativas en los transportes públicos, sentarnos con la gente y explicarles lo que suponer todo esto, usar el boca a boca. Vamos a probar a pie de calle.

P. Han entonado el requiem por la justicia con la movilización de este sábado. Reivindican una justicia pública, accesible,libre y con medios. ¿Quién la está haciendo inviable en esos términos?

R. Ahora mismo el propio Ministerio de Justicia con las medidas que está imponiendo. Está limitando muchísimo el acceso del ciudadano a la justicia, primero porque es más cara que nunca, hasta niveles insoportables. Y lo que estamos haciendo ahora la abogacía es adelantar los costes. Pero el gasto en Justicia es cada vez menor: se convocan menos plazas de jueces, fiscales, secretarios, etc. Tú vas a un juzgado, pides un boli y te dicen, "sí, sí, pero con vuelta"; porque no tienen material de oficina. Y, sin embargo, ahora mismo, con el tema de las tasas judiciales, se aseguró que ese dinero se iba a reinvertir en la justicia gratuita.

P. ¿Y dónde está ese dinero porque este Gobierno ha recaudado en 2013 un total de 316,5 millones de euros vía tasas?

R. No lo sé. Fue una de las promesas que hizo el ministro Gallardón, pero nada de nada. Y otra de las grandes apuestas, la Nueva Oficina Judicial, es un desastre. Con lo cual no sé adónde ha ido a parar ese dinero.

P. La búsqueda de la descongestión de los juzgados o de reducir la litigiosidad por parte de la ciudadanía cree que se está buscando a costa de sacrificar derechos básicos como el de la defensa o el acceso a la justicia?

R. Sí, realmente, sí. Con tantas medidas que están sacando adelante al final solo consiguen una insatisfacción brutal. Aunque el ciudadano está ahora mismo tan metido en la vorágine de la crisis, de que todo esta mal y va peor, que lo que menos le importa es que le limiten derechos. Es curiosísimo. Solo a medida que voy cubriendo mis necesidades básicas, me van importando el resto de las cosas.

P. Y lo que pasa es que las medidas básicas de las personas no están cubiertas.

R. Como no están cubiertas esas necesidades básicas, los derechos fundamentales parece que no importan. Nos estamos jugando muchísimo con este tema y queda aun un año por delante hasta las municipales. Y va a volver a ganar el PP. Nos vamos a encontrar otros cuatro años peleando de la misma manera.

P. El presidente del Consejo de la Abogacía Española, Carlos Carnicer, mostraba su confianza esta semana en que el Tribunal Constitucional tumbe la ley de Tasas.

R. Tenemos la confianza de que puede haber una resolución favorable, no sé si de cara a la eliminación. El problema no es solo la imposición de las tasas; es que si no abono las tasas, no continúa el procedimiento judicial. Se limita el ejercicio del derecho. Esperemos que sea una resolución positiva, y parece que la presión mediática ha funcionado. Solo con la abogacía y familias estamos hablando perfectamente de un millón de votos. Igual es algo que tenemos que exprimir más. A la abogacía nos ha faltado mucha política.

P. Intuyo que la convocatoria de julio con los 83 decanos y los más de 800 miembros de juntas de gobierno de los colegios busca extender esa marea y el "clamor social" del que hablaba Carnicer.

R. Sí, pero a veces, como no estamos acostumbrados a reivindicar más allá de un manifiesto, nos cuenta mucho que nos vean la cara. Tenemos un elitismo curioso, parece que tenemos un cierto estatus social y nos cuesta muchísimo salir a la calle. Y eso que los primeros que dimos la cara con las tasas fuimos los jóvenes abogados. Pero nos queda mucho camino por recorrer.

P. ¿Cuánto más se puede retroceder en derechos en este país?

R. Mucho. Todavía mucho. En España se pueden perder aun muchos derechos. En materia de extranjería, por ejemplo, un tema que está en este congreso que estamos celebrando, ¿Por qué ahora ya no está tan de moda la ley de Extranjería? Porque los extranjeros se están yendo a marchas forzadas. Luego, la normativa que se pueda generar en ese sentido puede ser restrictiva, porque vende. A nivel de otros derechos, la Ley de Seguridad Ciudadana es absolutamente inconcebible. Hace 20 años no se hubiera podido aprobar. No había sitio para esa involución.

P. ¿Luego el PP tiene recorrido para avanzar por esa senda de restricción de derechos?

R. El PP tiene recorrido y tiene proyectos para avanzar por ahí. Nosotros, a nivel profesional, lo vamos a sufrir con la ley de colegios profesionales. Yo tengo la suerte de tener una perspectiva global porque formo parte de la junta de gobierno de mi colegio en León, y ser presidente de los jóvenes abogados y, además, consejero del Consejo de la Abogacía. Veo todos los niveles. Y para un Gobierno como el que tenemos en estos momentos, reducir los colegios profesionales, limitar su poder y su capacidad económica también es fundamental.

P. ¿Cuáles son los problemas a los que se enfrentan los jóvenes abogados ahora?

R. El ejercicio de la profesión ahora es más tardío. Y hay que diferenciar a los que les afecta la ley de acceso y a los que no les afecta. A los que no les afecta, finalizan su carrera y empiezan a ejercer sin más, pueden empezar a trabajar antes. El problema es, ¿dónde? Los grandes despachos fichan de lo bueno, lo mejor. Tienen para escoger lo que quieren de entre miles de abogados. Los despachos medios, con lo que tienen van servidos. Y a los despachos pequeñitos, les sobra gente. Es muy difícil. Pero es un momento muy bueno para incorporarse al ejercicio: hay poquísimos abogados que se han dado de baja. Y mantenerse ya cuesta dinero. Claroo que hay que reinventarse. Los jóvenes abogados deben reiventarse: en la mediación, en el arbitraje. Racionalizar recursos en los despachos: eso de un abogado solo en un despacho con un administrativo, eso es absurdo y decimonónico. Lo que triunfa es un despacho con mucha gente, vital, con mucha especialización, redes sociales, jugar mucho con la imagen corporativa, la internacionalización. Y eso los jóvenes lo tienen que hacer. Aunque es verdad que es muy difícil cambiar el concepto que tiene uno mismo como abogado. Pero cada diez años hay un cambio radical en el ejercicio de esta profesión.


Publicado o 04/07/2014 en www.eldiario.es

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