Roban una caja fuerte y pruebas del Códice en los juzgados de Santiago

11 de setembro de 2014

Entraron por el garaje con un mando que sustrajeron a la Guardia Civil. 


Puerta del garaje por la que entraron las personas que accedieron a la caja fuerte. XOÁN A. SOLER
Los juzgados de Santiago han sido presa de al menos dos misteriosos y sorprendentes robos que han puesto de manifiesto las nulas medidas de seguridad del edificio y que han obligado a los secretarios de las diferentes salas a investigar qué falta de los archivos y almacenes. El episodio más reciente tuvo lugar en el último fin de semana de agosto. Los ladrones entraron como Pedro por su casa. Utilizaron un mando a distancia que previamente habían sustraído a la Guardia Civil, encargada de la seguridad en el inmueble. Con él, abrieron el portalón del garaje y accedieron al interior sin tener que forzar ninguna cerradura. Todo hace indicar que incluso entraron con un vehículo, ya que de otro modo no habrían podido transportar lo que se llevaron: una pesadísima caja fuerte que estaba en el juzgado de primera instancia número 2.

La osadía e impunidad de los ladrones fue total. No abrieron la caja fuerte y cogieron su contenido, sino que se la llevaron entera. Eso hace pensar que había más de un caco y que utilizaron una carretilla de las que se emplean para transportar objetos pesados. Según las fuentes consultadas, las cajas fuertes como la sustraída que hay en los juzgados compostelanos pesan más de 100 kilos de peso.

¿Qué había en la caja fuerte para que suscitase el interés de los ladrones?


Oficialmente, aún se desconoce su contenido, que deberá determinarse en los próximos días. El robo fue descubierto por los funcionarios el lunes 1 de septiembre. Tras presentar la correspondiente denuncia se ha abierto una investigación de la que se encarga la Guardia Civil. El caso ha recaído en el juzgado de instrucción número 3 de la ciudad.

Cartas del ladrón del Códice


Antes del robo de la caja fuerte, los juzgados de Santiago ya habían sido objeto de al menos otro extraño incidente. En esa ocasión accedieron al almacén en el que se custodian las piezas de convicción de los casos. Es decir, las armas, instrumentos o elementos utilizados para cometer delitos, que sirven para poder probarlos o que tienen relación con ellos. Los funcionarios que descubrieron el incidente se encontraron con que una de las cajas de cartón precintadas había sido abierta, su contenido estaba revuelto y parte de él tirado en el suelo.

Ese contenido eran las cartas que presuntamente el ladrón confeso del Códice Calixtino, Manuel Fernández Castiñeiras, robó a sus vecinos. Un asunto por el que se abrió una pieza separada dentro del caso, independiente de la del robo del famoso libro, y por la que se le acusa de 162 delitos contra la intimidad por los que se expone a hasta otros nueve años de prisión a mayores de la pena que le pueda caer tras el juicio por el robo.

Fuentes judiciales aseguran que no está claro si falta alguna de estas cartas, pero que en todo caso el robo de alguna de ellas tampoco supondría una traba para el caso porque están todas inventariadas y podrían existir copias. Más allá de que el caso esté a salvo, los robos han provocado una gran alarma entre los funcionarios de los juzgados que motivó que la semana pasada el portavoz de UGT-Xustiza, Manuel González, denunciase una falta de seguridad en el edificio de la que responsabiliza a la Xunta.


Publicado o 11/09/2014 en www.lavozdegalicia.es

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