Cuatrocientos jueces, sin destino ante la falta de dinero para crear juzgados

28 de abril de 2014

Malestar entre las dos últimas promociones de la Escuela Judicial de Barcelona por la alta rotación entre juzgados, trabajando como sustitutos y sin poder hacer planes. 


Una sala de la Ciudad de la Justicia de Málaga
«Seguimos en una situación de interinidad inaceptable, sin saber dónde estaremos los próximos meses, usándonos como jueces sustitutos, sin poder concertar un alquiler anual y sin poder, los que tenemos hijos, planear algo tan básico como buscar colegio para el próximo curso porque no tenemos ni idea de dónde vamos a estar ni hasta cuándo». Así se expresa un juez de una de las dos últimas promociones, la 63 y la 64, de la Escuela Judicial de Barcelona, que ha tenido la mala fortuna de lograr la toga cuando en España no hay un euro para crear un juzgado y, por tanto, no tendrá un destino fijo en años. Muchos de los afectados, por cierto, son malagueños.

La falta de dinero se aúna en estos tiempos con el cambio de la filosofía de las altas cumbres judiciales, que preconiza la muerte del juzgado y el nacimiento de los tribunales de instancia con servicios comunes. En concreto, hay actualmente 400 jueces, de dos promociones, recién salidos del cascarón que no saben en qué ciudad van a ejercer en las próximas semanas, por cuánto tiempo, ni la especialidad de su juzgado.

La promoción 63 empezó sus estudios en septiembre de 2011, en la Escuela Judicial de Barcelona, y las prácticas acabaron en abril de 2013, cuando todos, los 231 nuevos jueces, se incorporaron a sus destinos. De esos 231, sólo 40 fueron adscritos a un juzgado español como titulares. El resto, 191, fueron nombrados en expectativa de destino. Ello quiere decir que la mayor parte de los mismos cubrieron vacantes ofertadas por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en comisiones de servicio con relevación de funciones, es decir, se les mandó a lugares que dejaron a su vez otros jueces que querían cambiar de destino temporalmente. «No tenían ni idea de lo que hacer con nosotros», precisa uno de los afectados. Otros acudieron a juzgados como refuerzo.

«Al no haberse creado por los distintos gobiernos los juzgados prometidos, que eran muy necesarios para mitigar la enorme carga de trabajo de los juzgados en España, no hay destino para nosotros. No tenemos destino. No tenemos seguridad, no sabemos qué va a pasar con nosotros a medio y largo plazo. Ya llevamos un año en expectativa de destino sin que, a día de hoy, sepamos cuándo nos van a dar uno».

A ello se suma otra circunstancia: a finales del próximo mes, 204 jueces de la 64 promoción juran el cargo y ninguno de ellos tiene destino. En principio, se les va a nombrar Jueces en Expectativa de Destino, en funciones de apoyo de apoyo a Jueces de Adscripción Territorial (JED-JAT). Con los 191 magistrados de la 63 promoción también adquieren la misma condición, una vez que terminen el trabajo en los sitios en los que han desarrollado su comisión de servicio. «La conclusión es que, a finales de mayo, habrá 395 jueces en expectativa de destino», precisa uno de los afectados, lo que no quiere decir que los jueces estén ociosos, sino que pasarán entre uno y varios meses en distintos órganos de ciudades diversas, sin saber el tiempo que van a estar, qué función les tocará, haciendo el papel de sustitutos e incluso en juzgados especializados como los Mercantiles o los Contenciosos para los que no tienen la preparación suficiente, como reconocen algunos de ellos.

«En su mayor parte, estos 395 estarán desaprovechados para el efectivo servicio al ciudadano y sin tener ni idea de cuándo se nos va a ofrecer el destino de juez, por el que hemos opositado duramente», precisa. «Te sueltan en un juzgado especializado sin tener un mínimo de preparación», aclara, ya que ellos están formados para órganos de Instrucción o Primera Instancia. «A los de la 63, por lo menos, nos ofrecieron elegir una ciudad. A los de la 64 ni siquiera. El que elige Málaga no sabe si va a estar en Vélez o en Archidona. Dónde sacamos el alquiler, dónde el colegio, nos tienen sin saber sine die nuestro destino. Además, pueden pasar años sin que se creen los tribunales de instancia», precisa.

«Para los de la 63 promoción se ha cumplido ya un año en expectativa de destino y no sabemos si el Gobierno va a crear las más de 400 plazas necesarias para darnos una. Mientras tanto, seguimos en una situación de interinidad inaceptable, sin saber dónde estaremos los próximos meses, usándonos como jueces sustitutos, sin poder concertar un alquiler anual y sin poder, los que tenemos hijos, planear algo tan básico como buscar colegio para el próximo curso porque no tenemos ni idea de dónde vamos a estar ni hasta cuándo», reflexiona uno de los denunciantes de la situación.


Publicado o 28/04/2014 wn www.laopiniondemalaga.com

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