Carta aberta dun compañeiro

28 de febreiro de 2018

No día de hoxe recibimos unha carta enviada por un compañeiro.
Reproducímola integramente.



“CARTA DE UN COMPAÑERO”

  Esta carta va dirigida a todos aquellos compañeros que desde el pasado día 7 de febrero y día tras día están secundando la huelga indefinida del colectivo de justicia de esta comunidad, pero sobre todo a aquellos que por los motivos que sean no la han secundado nunca o se han incorporado ya a su trabajo.

  Primero deciros que ir a una huelga general no es fácil, sino que detrás seguro hubo muchas horas de esfuerzo y negociación de las organizaciones sindicales que no pudieron llegar a buen puerto; podíamos decir ya dentro de la propia jerga judicial fue la “ultima ratio” antes de tomarla. Por muchas razones, pero no sólo por los perjuicios que tanto económicos como personales nos pudiera acarrear a todos (que son importantes), pero aún más por los que se le ocasionan a los ciudadanos de a pie, quienes sin culpa alguna, también la están sufriendo.

  Ninguna huelga es buena para nadie, tampoco para nosotros, pero ha sido la única salida legítima a la que nos ha abocado la falta de capacidad para negociar y la prepotencia de la administración.

  Después de casi 22 años transferidos y trabajando en la administración de justicia es difícil entender como pudimos haber estado callados tanto tiempo. Es triste decir que siempre estuvimos en el “vagón de cola” del tren de la justicia en nuestro país, es triste que hubiéramos trabajado tantos años con materiales precarios y obsoletos en los juzgados, pero lo más triste todavía es que la administración nos dé como respuesta a nuestras reivindicaciones “la maleta y el billete de tren” para solucionar el conflicto.

  Llegado a este punto puedo deciros como funcionario, como compañero y, aún más como gallego, que jamás me he sentido más humilladlo ni vejado que con palabras que seguro todos conocéis: “váyanse ustedes a otra comunidad si no quieren estar aquí. Puedo deciros señores del PP que lo de “márchese señor González”, por suerte, ya forma parte de los libros de historia de nuestros hijos, que estamos en el siglo XXI y eso no se va a producir.

  Hoy manifiesto con sinceridad que ya no sólo está en juego lo económico, está en juego nuestro orgullo y, sobre todo, nuestra dignidad como personas que, por si no lo saben, estamos aquí por nuestros propios méritos, por nuestro propio sacrificio y esfuerzo, que nadie nos ha regalado nada y que de nuestra querida Galicia nadie nos va a echar.

  Todos sabemos que detrás de esta lucha hay mucho trabajo, gasto y esfuerzo (manifestaciones, viajes a Santiago, pancartas, etc.) pero puedo aseguraros que no nos van a parar. Ninguna huelga con unidad se ha perdido, hoy estamos y seguimos más unidos que nunca y estoy seguros que la vamos a ganar.

  Por todo ello os pediría a aquellos compañeros que aún no la han secundado o se incorporaron ya al trabajo, que os unáis nuevamente a nosotros; no se gana ninguna guerra sin batallas y ya llevamos muchas ganadas. Os digo que hay compañeros en huelga que no han trabajado ni un solo día desde que empezó la misma porque los servicios mínimos no se lo exigen, otros que tan sólo lo hacen un día a la semana, muchos próximos a la jubilación y que tal vez no vean nunca ningún incremento en sus nóminas, pero ¡ahí están!, apoyando y luchando porque, con orgullo y, tal vez nostalgia, podrán decirle un día a sus nietos que ellos también fueron soldados de esta guerra.

  Como dije ya antes ya no es sólo cuestión de dinero, es también cuestión de dignidad y estoy seguro de que tener la satisfacción moral de que esto no se consiguió con el esfuerzo del funcionario de la mesa de al lado o del juzgado de enfrente va a tener su recompensa y va a enriquecernos aún más como compañeros y como personas.

  Para acabar deciros que en casi 30 años que llevo en la administración de justicia, nunca vi tanta unidad sindical y funcionarial en nuestras reivindicaciones, para conseguir algo no sólo justo sino también legítimo, así que no nos queda más que apoyarlos en todo para que esto acabe cuanto antes y decirle a los políticos que las discriminaciones se acabaron.

  Sin más solo me queda pediros perdón por ser algo extenso, una fuerte abrazo a todos y, sobre todo, ánimo y unámonos todos que ya queda menos.