La acción de la ciudadana Aguirre prueba que España está enferma

5 de abril de 2014

Un artigo de Félix Soria.

El incidente protagonizado ayer por la ciudadana Esperanza Aguirre Gil de Biedma constituye una de las mejores fotografías que se han hecho de la España actual.

El episodio retrata a la perfección a parte de la élite política [no a toda, ¡que ya está bien de poner el ventilador!, pues generalizar beneficia a los "listos" actuales y los que aspiran a sacar tajada en el futuro].

Para colmo, esa ciudadana es presidenta del PP madrileño y una de las dirigentes más significadas del partido que ostenta la mayoría en el Congreso y que, por tanto, ostenta el poder ejecutivo, controla la Fiscalía General del Estado y condiciona al poder judicial.

Estacionar el vehículo en el carril-bus de la Gran Vía madrileña para ir a sacar dinero de un cajero es un acto que revela falta de prudencia, escasa sensatez y lo que es más grave, desprecio por las normas que hacen posible una circulación más racional y sometida a un principio capital: estamos obligados a convivir, lo cual, en tanto no arbitremos un método más eficiente, nos obliga a respetar las reglas que lo hacen posible.

Sin embargo, hay personas que van por la calle como si vivieran solas en el mundo, sobre todo cuando circulan al volante. Lógicamente, los funcionarios del área de Movilidad levantaron propuesta de sanción a la infractora y…

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[El informe o atestado oficial narra el episodio con loable parquedad funcionarial, lea la copia en la ilustración adjunta]

Pero con ser grave la acción de esa ciudadana, más grave es su actitud, pues rezuma prepotencia y desprecio [para redondear, los dos guardias civiles destinados a garantizar la seguridad física de la ex ministra, ex alcaldesa y ex presidenta de la comunidad de Madrid ejercieron funciones de "intermediación" y "conciliación" que son ajenas a sus obligaciones]. Y hoy, a pesar de que dormir y despertar a un nuevo día enfría pasiones, hay dirigentes sociales y políticos, ¡también ciudadanos comunes!, que justifican y aplauden la "valentía" de la infractora. Los hay que incluso arremeten contra los funcionarios y dan por cierto todo cuanto dice esa ciudadana para justificar su vergonzoso comportamiento.

Comportamiento que es doblemente deleznable por ser persona instruida, que conoce perfectamente la ley y los procedimientos que deben emplear quienes trabajan para hacerla cumplir y cumplirla.

Por lo expuesto y por otros detalles, este episodio constituye una de las mejoras fotografías que se han hecho de la España actual porque ratifica la existencia de males de profundo calado:

* En la élite política hay quienes están convencidos de estar por encima de la ley y de toda consideración ética (o moral), y actúan cual señores medievales;

* No pocas leyes, normas y procedimientos del Reino de España se distinguen de las de su entorno [países del occidente europeo] por dejar la puerta abierta a interpretaciones y reinterpretaciones...;

* Los "listos" de ese sector podrido de la élite política saben perfectamente que en ocasiones la Administración les otorgatratamiento excepcionalmente benigno aunque sean sospechosos, imputados, procesados o acusados, e incluso cuando son infractores o delincuentes ya condenados;

* Por si no fuera suficiente ventaja, esos "listos" poseen avezados aliados y propagandistas en distintos medios de información que siempre están dispuestos a prestarles servicios varios, desde asesoramiento en materia de comunicación hasta la publicación o emisión de versiones interesadas de los hechos, u opiniones en las que retuercen lo que haga falta para justificar lo que sea necesario; y

* Para redondear, un elevado porcentaje de los ciudadanos [y electores] procuran no enterarse de lo que ocurre [la ignorancia es un excelente potenciador de la felicidad individual] y si se enteran, se desentienden porque consideran que no les afecta personalmente, les importa un rábano todo lo ajeno a su ego o, sencillamente, envidian al "listo" porque les gustaría disfrutar de sus privilegios…

Si se mira de frente lo ocurrido, la acción de la ciudadana Esperanza Aguirre y las palabras de quienes la aplauden o comprenden proyectan una luz tan intensa que molesta, cierto, pero hay algo peor: el episodio certifica que España está enferma. Más exactamente, sigue enferma.

Publicado o 04/04/2014 en http://im-pulso.blogspot.com.es/




Outras opinións...


De la impunidad del poder hacia el fascismo

Carlos Elordi
Carlos Elordi
Los hechos que acaba de protagonizar Esperanza Aguirre en la Gran Vía madrileña sólo se entienden si suponemos que ese sentimiento de impunidad está muy consolidado en los ambientes del poder de la derecha

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La abuelita Espe

Aníbal Malvar
Aníbal Malvar
La lideresa no da tregua. Si hace apenas unos días había llamado terroristas al millón de personas que se manifestaron el 22-M y alabado a los expeditivos antidisturbios, ahora toca ponerse pueblo y arremeter contra las fuerzas policiales represoras que atemorizan Madrid. En concreto, contra seis agentes de movilidad granviarios que la multaron por aparcar en el carril bus, huir del control sin permiso y tirarles una moto.Esperanza Aguirre ha llamado mentirosos a los seis policía, y está que no cabe en ella de estupor. A quién se le ocurre multar a una condesa sexagenaria, con lo redichas que se suelen poner y lo dignísimas y respondonas que para el bien de sus libertades son.

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